jueves, 4 de septiembre de 2008

AUTOBIOGRAFÍA


Nací en la ciudad de Ibagué en el hogar conformado por Ilma Gutierrez, una bella mujer de Cajamarca y Juan Manuel Florez, un paisa de pura cepa. Cuando vine al mundo ya estaban mis dos hermanos mellizos de 14 años, quienes estudiaban bachillerato en el colegio San Simón. Al pasar el tiempo, cuando tenia 5 años comence mi vida escolar en la institución educativa La Paz en el grado 1. Desde esa edad era muy aficionada a la lectura y escritura, de esta manera, las paredes y el piso de mi casa quedaron convertidos en un tablero gigante, "mi tablero personal" con base en la cartilla "Nacho". A la edad de 6 años mi familia sufrió una perdida irreparable; la muerte de mi hermano de 20 años en la ciudad de Medellín. Nunca me gustó demasiado la televisión, me gustaba más adentrarme en los mundos de fantasía que me ofrecian los libros, en especial los de Julio Verne. Desde niña me gustó la poesía de Pablo Neruda que leía mi padre, luego fuí conociendo otras posibilidades como Julio Flórez (quien es mi poeta favorito), Porfirio Barba Jacob y Mario Benedetti. Ingresé a la educación secundaria en el colegio INEM Manuel Murillo Toro en el que tuve experiencias buenas y otras no tanto ya que no me adapté totalmente al ambiente que se vivia allí. Hice mi grado 10 y 11 en el colegio CENCAT, donde conocí gente que todavia aprecio. Para mi ingreso a la Universidad del Tolima paso algún tiempo en el que estuve dedicada a mis 2 hijos Johan David y Maria Victoria, y a la realizacion de un sueño que tuve desde niña: Bailar Tango. Esto me fue posible gracias a la Academia Colombina de Tango en donde fuí profesora por 2 años. La desición de estudiar estuvo muy influenciada por mi hermana, quien dice que "la unica forma para crecer como persona es estudiando". Entre las diferentes carreras que ofrece la universidad, me decidí por la Licenciatura en Lengua Castellana, la cual se acercaba más a mis intereses. Comence mi carrera con muchas ilusiones, conocí personas que me aportaron en mi crecimiento personal pero tambien conocí la envidia y la falsedad. Ahora, en séptimo semestre, he aprendido a diferenciar la verdadera amistad de la que no lo es, he aprendido a diferenciar las personas sinceras de las que no lo son y he aprendido que ser docente es sinónimo de ser formador de personas íntegras, con valores y con sentido social que tanta falta le hace a nuestro país.

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